Mientras que muchos alimentos están mejor en estado natural, otros sólo son seguros cuando están tratados.
Al hacer las compras hay que tener en cuenta que los alimentos no sólo se tratan para que se conserven mejor, sino también para que resulten más seguros desde el punto de vista sanitario.
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2. Cocinar bien los alimentos |
Muchos alimentos crudos están a menudo contaminados por agentes patógenos. Estos pueden eliminarse si se cocina bien el alimento.
Ahora bien, no hay que olvidar que la temperatura aplicada debe llegar al menos a 70º C en toda la masa de éste.
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3. Consumir inmediatamente los alimentos cocinados |

4. Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados |
Si se quiere tener en reserva alimentos cocinados o simplemente guardar las sobras, hay que prever su almacenamiento en condiciones de calor (cerca o por encima de 60º C) o de frío (cerca o por debajo de 10º C).
Un error muy común al que se deben incontables casos de intoxicación alimentaria es colocar en el refrigerador una cantidad excesiva de alimentos calientes. En un refrigerador abarrotado, los alimentos cocinados no se pueden enfriar por dentro tan deprisa como sería de desear. Si la parte central del alimento sigue estando caliente (a más de 10º C) demasiado tiempo, los microbios proliferan y alcanzan rápidamente una concentración susceptible de causar enfermedades.
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6. Evitar contacto entre alimentos crudos y cocinados |
Un alimento bien cocinado puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con alimentos crudos.
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10. Utilizar agua pura |
El agua pura es tan importante para preparar los alimentos como para beber.
Si el suministro hidráulico no inspira confianza, conviene hervir el agua antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas.
Importa sobre todo tener cuidado con el agua utilizada para preparar la comida de los lactantes.
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